Consonancia y Disonancia
Vulgarmente se puede decir que un intervalo es consonante cuando suena bien y disonante cuando suena mal. En un nivel más refinado y musicalmente culto, no es apropiado decir que las disonancias suenan mal, ni tampoco que las consonancias suenan bien. Es armónicamente más correcto decir que las consonancias transmiten “reposo” mientras las disonancias transmiten “movimiento”.
Cuando el oído escucha una disonancia, en seguida deseará escuchar una consonancia, como resolución de la disonancia que acaba de escuchar, de esta manera el discurso musical fluye de forma interesante, creando situaciones de tensión (disonancias) que se resuelven en situaciones más calmas (consonancias). Si una pieza musical estuviera compuesta exclusivamente solo de consonancias o solo de disonancias esta pieza tendría una armonía muy estática, lo que muy probablemente se traduciría a nuestros oídos como una pieza “aburrida”.
Son consonancias los siguientes intervalos:
- Todos los intervalos Justos (8ª, 5ª y 4ª)
- Todas las terceras (3ª) Mayores y menores
- Todas las sextas (6ª) Mayores y menores
Todos los demás son intervalos disonantes. Pero para puntualizar, he aquí un listado de las principales disonancias:
- Quintas (5ª) disminuidas
- Quintas (5ª) aumentadas
- Cuartas (4ª) aumentadas
- Séptimas (7ª) Mayores y menores
- Segundas (2ª) Mayores y menores
Todos los intervalos disminuidos y aumentados (incluso terceras y sextas) SON DISONANTES.
Las octavas (8ª) y las quintas (5ª) Justas son los intervalos más consonantes que existen.
La quinta disminuida es muy disonante. En la Edad Media era llamada de “Diabolus in musica”. Es realmente curioso que este intervalo esta compuesto por 6 semitonos…en la música clásica este intervalo ha sido muy utilizado para crear tensión armónica.
Las séptimas (7ª) Mayores y sobretodo las segundas (2ª) menores son disonancias muy ásperas y duras para el oído. Pese a eso, la Bossa Nova y el Jazz consiguieron domesticar bastante estos intervalos.